La Coparmex, a través de sus 65 centros empresariales, incluido San Luis Potosí, y la Barra Mexicana Colegio de Abogados crearon un programa de apoyo a los “Dreamers”, para orientarlos y representarlos jurídicamente, que funcionará a través de una plataforma tecnológica que vinculará a los interesados con los especialistas que les brindarán la asesoría y representación.
El presidente de la Coparmex San Luis Potosí, Jaime Chalita Zarur, explicó que los centros empresariales de todo el país, tendrán una gran responsabilidad de apoyar a los denominados “dreamers”, jóvenes que se están viendo afectados por los cambios en las políticas y agenda migratoria de Estados Unidos.
“Esta iniciativa es resultado de la suma de esfuerzos entre Coparmex y la Barra Mexicana Colegio de Abogados y su presidente, José Mario de la Garza Marroquín, con quien trabajamos conjuntamente en diversas acciones en favor del fortalecimiento del Estado de Derecho”, destacó Jaime Chalita Zarur.
El empresario potosino destacó la solidaridad y apoyo de los empresarios que forman parte de esta Confederación para los jóvenes afectados por los cambios en la política migratoria del vecino país del norte.
Detalló que la asesoría funcionará a través de una plataforma tecnológica (http://mexicofordreamers.bma.org.mx) que vinculará a los interesados con los especialistas que les brindarán la asesoría y representación.
“Esperamos que esta iniciativa no sólo cambie la vida a los jóvenes que puedan recibir asesoría jurídica, sino que además sirva para transformar también la vida de sus familias, en la medida en que sea un vehículo de movilidad social hacia el futuro y permita generar mejores condiciones entre los dos países”, destacó el dirigente de Coparmex en San Luis Potosí.
Jaime Chalita Zarur afirmó que los empresarios de Coparmex tienen el compromiso con la educación, pues consideran que es la única manera como las sociedades pueden avanzar.
Puntualizó que la aportación de los Dreamers a la economía de los Estados Unidos es indiscutible, ya que más del 93% de esos jóvenes mayores de 25 años tienen un empleo, muchos de ellos han formado familias y tienen hijos que son ciudadanos americanos, cuentan con patrimonio propio, y han forjado un sentido de identidad y de pertenencia hacia Estados Unidos.